Los diseñadores de interiores aún no estamos reconocidos como agentes en la Ley de Ordenación de la Edificación, ni contamos con un Colegio Profesional propio que nos represente. Esta ausencia limita el reconocimiento de nuestras competencias, dificulta la contratación de seguros adecuados y contribuye a la precariedad laboral y la falta de visibilidad. Pero esto no define nuestro valor. Nuestra formación, creatividad y compromiso transforman espacios y mejoran vidas. Es momento de alzar la voz, de unir fuerzas y trabajar juntos por el reconocimiento profesional y social que merecemos. ¡Diseñamos el presente, construimos el futuro!